Un hombre ya maduro contrató una secretaria. Era una mujer joven,
ingeniosa, gentil y, sobre todo, muy hermosa.
Un día, mientras tomaba dictado, notó que su jefe tenía la bragueta abierta.
Terminó el dictado y se dispuso a salir de la oficina cuando, antes de cerrar la
puerta, dijo: -Por cierto, señor, la puerta de su cuartel está abierta.
El hombre no entendió el comentario; no obstante, al poco rato se dio
cuenta que el cierre de sus pantalones estaba abajo. Al hombre le hizo
gracia la manera en la que su secretaria se había referido al pequeño
incidente y decidió aprovechar la oportunidad para coquetear un poco,
por lo que la llamó a su oficina: -Dígame, señorita, cuando vio que la puerta
de mi cuartel estaba abierta, ¿por casualidad no vió también a un soldado
en posición de firmes?
-Oh, no, señor! Lo único que vi fue un veterano sin fuerzas echado
entre dos viejas mochilas de campaña.
Chiste subido por Elena el El 2009-02-26 a las 12:35:04
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