Curiosidades:
Maggie Cheung lleva un vestido diferente en cada escena.
Había 46 en total, aunque no todos llegaron a la peli con el montaje final.
El rodaje se desplazó desde Pekín a Macao después que las autoridades chinas exigieron ver el guión terminado.
Durante el rodaje, Wong Kar-Wai improvisó, a menudo con los actores, la elaboración de la historia y el tono de la película a medida que avanzaba.
Originalmente, “In the Mood for Love” fue una película con el romance mucho más evidente.
Se decidió, comenzado el rodaje, dar una visión mucho más sutil sobre esa relación.
El número de la habitación del hotel donde se queda Chow es 2046, que es el próximo largometraje del director.
El rodaje duró 15 meses.
El maquillaje y la peluquería de Maggie Cheung llevaba unas cinco horas cada día de rodaje.
Wong Kar-Wai terminó el montaje de la peli una semana antes de su estreno en el Festival de Cannes.
La idea original y la inspiración para la película se derivaron de un cuento japonés en relación con dos personajes que a menudo subían juntos por la escalera sin hablarse. Los personajes en esta historia terminaban suicidándose.
Wong Kar-Wai encontró el título en inglés para “In the Mood for Love” mientras escucha una canción de un CD de Bryan Ferry con un título similar: “Yo estoy en el humor para el amor”.
Es una versión de una canción de 1930 con el mismo título.
La quinta colaboración entre Wong Kar-Wai y el director de fotografía Christopher Doyle. En total fueron siete colaboraciones.
Elegido por “Les Cahiers du cinéma” como una de las diez pelis mejor fotografiadas de 2000.
Cristina nos aporta que el tema principal de la peli fue compuesto por Shigeru Umebayashi y se llama “Yumeji’s theme“.
Durante la peli aparecen dos temas clásicos de Nat King Cole: Quizás y Aquellos ojos verdes.
Comentarios:
Revisando, solo me consta haber visto una peli de este director My Blueberry Nights, que me entusiasmó, como podéis comprobar leyendo mi crítica.
Deseando amar es la historia de una pareja de vecinos que descubren que sus cónyuges les son infieles.
Ella es administrativa y es testigo de los escarceos amorosos de su jefe.
Él es periodista y su mejor amigo es un putero.
Parecen vivir rodeados de adulterio.
Su curiosa relación va avanzando. Primero teatralizan las posibles situaciones con sus respectivos esposos.
Después colaboran en la realización de una novela.
Va naciendo la amistad y después el amor.
Pero ellos no quieren ser como sus parejas y se resisten a consumar su amor.
Parecen vivir rodeados de mugre. Paredes desconchadas, calles sucias, lugares decadentes…
Pero ellos permanecen impolutos.
Ella exquisitamente ataviada con vestidos ceñidos de cuello alto que esconden su piel, pero no sus formas.
Él con su traje y su camisa blanca.
Parecen ser lo único puro que hay en su ambiente.
La peli plantea más incógnitas de las que resuelve.
La gran baza de la cinta es cómo está contada.
La cámara se coloca, en muchas ocasiones, fuera de la habitación donde dialogan los protagonistas, en un rellano de la escalera, o en una esquina de la calle, convirtiendo al espectador en observador cómplice, incluso perverso.
Tomamos el punto de vista del cotilla que impunemente se introduce en la intimidad de los protagonistas.
Cada plano destila sutileza y belleza.
Su ritmo pausado nos invita a la contemplación, al disfrute de la estética.
El tema musical, “Yumeji’s theme“, se repite, pero su belleza es tal que lo deseamos más y más. De hecho lo estoy escuchando mientras escribo este comentario.
El punto increíble lo dan las canciones de Nat King Cole. Temas que yo me sé porque mi madre los cantaba cuando era pequeño.
¿Cómo a Wong Kar-Wai se le ocurrió introducir estas dos canciones en una peli hablada en chino cantonés?
Un acierto haberla visto en versión original. El chino no es tan difícil, y se le va cogiendo el tranquillo a lo largo de la peli. Confunde un poco que en algunos momentos hablan en chino mandarín.
Os pongo el tráiler y el tema musical.
Después hay fotos de la peli, de su bella protagonista (Maggie Cheung) y del director, que siempre lleva gafas de sol.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Colaborador de Esradio Guadalajara y Alcarria TV
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
Todos los post ordenados alfabéticamente. Para buscar una crítica de una peli de forma sencilla…
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Tags: Ah Ping, Chan Man-Lui, Chin Chi-Ang, Chow Po-Chun, Deseando amar, Koo Kam-Wah, Liu Chum, Maggie Cheung, Rebecca Pan, Siu Ping-Lam, Taller de Cine de Azuqueca de Henares, Tony Leung Chiu Wai, Wong Kar Wai, Yu Hsien
La historia no es muy común. Dos personajes, Chow y Li-zhen, que han apostado por el compromiso, la fidelidad y la contención, se encuentran inmersos en un entorno social donde la infidelidad y el hedonismo es lo habitual, e intentan comprender el engaño de sus respectivos cónyuges descubierto por el descuido en detalles cotidianos llevados a cabo por estos (las mismas corbatas para el marido y el amante, el mismo bolso para la esposa y la amante, los mismos viajes…), descuido que vacía de sentido una relación en la que ellos creían y en la que probablemente se sentían a salvo. Yo no sé si Chow ama a su esposa como tampoco sé si Li-zhen ama a su marido, pero creen en su relación. Y ambos, sin histrionismo, deciden compartir su suerte e indagar en cómo ha podido ocurrir por el camino tortuoso de ponerse en el lugar del otro (ensayan como sus cónyuges comenzarían su historia, representan sus papeles….). Esto les lleva a entablar una relación que, iniciada por caprichos del destino, pausadamente se va convirtiendo en una amistad en la que comparten aficiones y sentimientos y que a la postre deriva en una relación amorosa en la que su manera de ser les impide concretar lo que hubiera sido el camino fácil. “Nosotros no somos como ellos” se dicen en más de una ocasión. Sin embargo, finalmente parecen comprender “ quería saber como habían empezado ellos, ahora lo sé. Los sentimientos surgen de improviso” dice Chow mientras se despide de Li-zhen porque se marcha a Singapur a la vez que se declaran su amor a sabiendas de encontrarse atrapados en un destino que les separa. “Creia que no éramos como ellos, fue un error” había dicho poco antes.
Me ha gustado. Me parece un poema bellísimo de imagen y música. La manera de filmar tan próxima a los personajes, con frecuencia encajonados en esos escenarios pequeños, entre paredes y marcos de puertas, mundos tan próximos que súbitamente se alejan por el ajustado grosor de una pared o una puerta que se cierra. Los pequeños barridos hasta encuadrar al objeto de la escena, habitualmente los protagonistas, los planos detalle sin prisa que te permiten paladear toda su intensidad estética, el lento discurrir del tiempo que pretende atrapar en las secuencias a cámara lenta, en la presencia de los relojes, tiempo lento pero que nunca llega a detenerse, la elegancia de los movimientos sobretodo de los personajes femeninos, todo impregnado de sutileza, de contención, nada es brusco, descarnado u ostentoso, hasta en los momentos más dramáticos. La banda sonora acompaña magistralmente y, como dices, no se cansa uno de oir el tema principal una y otra vez.
Por otro lado he de confesar que al final me costaba mantener semejante grado de lirismo y si hubiera durado un poco más me hubiera cansado.
Me parece que me he pasado de rollo, perdona Ramón, pero ya que está escrito…
Un abrazo
No he comentado nada de los actores. Me parece que ambos están magníficos.
Muchas gracias Alberto.
Un abrazo.
Despejando una curiosidad…
¿Por qué sus películas contienen boleros?
Wong Kar-Wai nació en Shanghai, en 1958. En 1964 se mudó con sus padres de la China Comunista hacia Hong-Kong. Tenía cinco años y el dialecto que se hablaba en su nueva morada era diferente al que él conocía. Se le hizo difícil hacer amigos. Quizás por eso pasaba las tardes en el cine, junto a su madre. Este dato, aparentemente anecdótico, es sin embargo fundamental para su futura estética cinematográfica. También era común que el niño Wong acompañara a su madre por los bares de la ciudad, donde escuchaban música latina. “Cuando era niño –recordará años mas tarde– no sabía qué era un bolero, pero ya entonces me fascinaba. Yo los encontraba divertidos, y el ritmo me gustaba mucho. La música latina es muy creativa”.
Años más tarde, muchos de sus personajes que optarán por la soledad y el aislamiento, serán acompañados por boleros como música de fondo.
extracto de; http://www.marcha.org.ar/tan-lejos-y-tan-cerca-el-cine-de-wong-kar-wai-y-la-argentina/