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Ficha:

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Comentario:

 

Mi padre me llevó a ver esta peli cuando tenía 5 años, a su estreno en Zaragoza.

 

Lo recuerdo perfectamente. No entendí absolutamente nada, pero dejó en mí una profunda impresión y lo he recordado toda la vida.

 

Cuando salió el VHS conseguí una copia, pero era una versión reducida. Años más tarde se proyectó en Tele Madrid y la grabé, ésta era una versión de más duración.

 

Ahora veo la edición especial en Blu-Ray en 4K de 222 minutos, de su 50 aniversario.

 

Llevo preparando este post durante 8 años, de manera ocasional e intermitente.

 

He buscado anécdotas, curiosidades, sobre el director, sobre el rodaje, sobre los protagonistas…

 

La mayoría son copia-pega, pero ha sido una labor ardua y laboriosa, sobre todo para ordenar los cientos de datos que he acumulado y buscar material gráfico.

 

Durante estos ocho años he visto varias veces la peli. A lo largo de mi vida, la habré visionado en más de veinte ocasiones.

 

He esperado a disponer de las mejores condiciones, cuando ya he dado por acabado el estudio de documentación, para terminar este post.

 

Posiblemente mi peli favorita.

 

Siempre encuentro momentos de emoción, esa que se siente al contemplar una obra mayúscula, magnífica, maestra.

 

Es la gran historia de la Guerra del desierto en la Primera Guerra Mundial, pero la historia intimista de un hombre torturado por sus sentimientos contrapuestos.

 

Es el relato de la transformación de un hombre nada corriente en alguien descomunalmente extraordinario.

 

La descripción del fracaso de una ilusión.

 

Tan épica, como íntima.

 

Con imágenes icónicas en el cine, impresionantes y profundamente bellas.

 

Me he entretenido en contar la presencia de la figura femenina, en un intento de aportar algo nuevo a todo lo que se ha escrito sobre esta peli.

 

Cuento seis momentos donde aparece alguna mujer.

 

Las tropas del Príncipe Faisal avanzan por el desierto. Encima de camellos hay una especie de tiendas que ocultan a las mujeres, se ve una mano y un antebrazo en cuya muñeca aparecen varias pulseras.

 

Las mujeres que desde las montañas chillan de esa manera tan especial para vitorear al ejército que parte a la conquista de Áqaba.

 

Cuando toman por asalto la ciudad de Áquaba, se ve pegado en una pared la foto de una mujer ligera de ropa con abundante vello en las axilas.

 

Antes de la masacre de los turcos previa a la toma de Damasco, se observa una aldea destruida, asolada por los turcos, varias mujeres y niños se pueden ver asesinados entre las ruinas y las cenizas.

 

El ejército inglés acude a socorrer a los turcos heridos en el Hospital de Damasco, en uno de los vehículos viaja una enfermera.

 

Finalmente entre los asistentes al funeral de Lawrence su puede adivinar alguna presencia femenina.

 

Lo dicho la peli perfecta, a pesar de la escasísima presencia femenina.

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Mi puntuación: 10/10.

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La película:

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Lawrence de Arabia había sido escogida por el productor Sam Spiegel, quien había asumido el proyecto tras suceder a la productora Rank, primera propietaria de los derechos de la adaptación del popular libro de Lawrence.

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La trama del filme sigue lo más fielmente posible los acontecimientos ocurridos en la península arábiga desde 1916 a 1919.

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Lawrence (interpretado por un portentoso Peter O’Toole) es un agente del servicio de inteligencia inglés enviado a Arabia para promover la revolución de sus habitantes contra la dominación de los turcos, quienes se habían aliado con Alemania en la I Guerra Mundial.

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Lawrence alienta el movimiento de liberación con gran entusiasmo y compromiso propio, con la colaboración de algunos líderes locales como el príncipe Faisal de la dinastía hachemita.

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A pesar de su gran triunfo, el vínculo que adquiere el británico con el pueblo árabe llegará a ser excesivo desde el punto de vista de sus superiores.

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Rodaje:

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Fue rodada en Sevilla y Almería (España), Jordania y Marruecos.

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Gran parte de los interiores fueron rodados en Sevilla, concretamente en estos monumentos: la Plaza de España, los Reales Alcázares, la Casa de Pilatos, el Palacio de Miguel de Mañara y el Hotel Alfonso XIII.

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Para el rodaje en Almería se trajeron camellos del Sáhara Español.

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David Lean:

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David Lean es el narrador, por excelencia, de la historia del cine.

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Un contador de historias intimistas, cercanas, pero también épicas y remotas.

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Lean fue capaz de adentrarse en todos los rincones del alma y de la psique humana para hablarnos de amores fugaces, imposibles o prohibidos; de las ansias de volar en un sueño de romanticismo; de la lucha entre el deber y el orgullo personal, de la búsqueda del exotismo y de los confines de la naturaleza para renacer o quizás alejarse de uno mismo.

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Fue capaz de deslumbrarnos en la pantalla con grandes pasiones, y enormes frustraciones, con firmes ideales que sucumben y flaquezas humanas.

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Su sentido de la estética ha dejado huella en generaciones de espectadores y de grandes cineastas.

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Fue un clásico y también un revolucionario.

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David Lean aprendió cine porque asumió todos los oficios de la industria hasta que se convirtió en un montador muy solicitado en Gran Bretaña.

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Pasó a la dirección, de la mano del actor y dramaturgo Nöel Coward, y juntos crearon la cinta bélica ‘Sangre, sudor y lágrimas‘ (1942) donde somos espectadores de la Segunda Guerra Mundial asomados a las vivencias de tres hogares británicos.

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Además, fue el autor de la divertida y ácida comedia ‘Un espíritu burlón‘  (1945) donde Rex Harrison es perseguido por el fantasma de su primera esposa.

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En 1946 realizó su primera obra maestra, ‘Breve encuentro‘.

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Se trata de una sencilla y bellísima historia de amor entre dos personas que se encuentran en una estación un tren una vez por semana.

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Su primera gran producción llegó en el 57 y de la mano de ‘El puente sobre el río Kwai‘.

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Es quizás la película bélica más original de la historia del cine.

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Más allá de las escenas acción, la narración se sumerge en el retrato de un personaje enigmático y testarudo, pero fascinante: el coronel Nicholson.

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Un militar que desobedece a su sentido del deber para defender un sentimiento de orgullo.

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El camaleónico y carismático Alec Guinness (actor fetiche de Lean) interpretaba al protagonista.

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Después, llegaría su gran gesta cinematográfica, ‘Lawrence de Arabia‘ (1962) y, más tarde, la denostada por la crítica en su momento, ‘Doctor Zhivago‘ (1966).

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Incomprendida en su tiempo (se decía que pasaba de puntillas por el gran momento histórico, la revolución rusa, que servía de telón de fondo a la producción), su historia de amor es un referente cinematográfico muy aplaudido por el gran público.

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‘La hija de Ryan‘ (1970) es quizás su obra más lograda aunque, en su tiempo, fuera también criticada.

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Entre tormentas, bosques y acantilados, refleja la historia de la insatisfecha y soñadora irlandesa Rosy Ryan (Sarah Miles), quien se entrega a una pasional y oculta historia de amor prohibido con un oficial británico.

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Será rescatada del escarnio público por un buen hombre, su marido (gran Robert Mitchum).

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Lean tardaría 14 años en volver a rodar otra película, pero eso sí, volvió por la puerta grande y con una novela de E.M. Forster apoyando su visión artística: la formidable ‘Pasaje a la India‘ (1984).

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Peter O’Toole:

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Hace más de 50 años este actor irlandés realizó bajo la batuta de David Lean el gran papel de toda su carrera cuando dio vida al comandante Lawrence.

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Antes de esta subida al pedestal de los grandes actores de la década de los 60 y 70, O´Toole había comenzado su carrera profesional como periodista de provincias y más tarde como técnico de mantenimiento en la Armada durante la Segunda Guerra Mundial.

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No obstante, su pasión por la interpretación le llevó a formarse más tarde en el Bristol Old Vic Theatre, donde se forjó en las tablas teatrales de la mano de las obras de William Shakespeare.

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Tras un desapercibido debut en la televisión inglesa, su estreno en el cine se produjo en 1954 con ‘Kidnapped‘, aunque no destacó hasta su papel en ‘Los dientes del diablo‘ (1960), de Nicholas Ray.

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Desde ese primer momento, el actor demostró su capacidad para ahondar en la psicología de sus personajes hasta límites casi enfermizos, lo que le hizo candidato firme para conseguir el papel de ‘Lawrence de Arabia‘, después de que lo rechazaran Marlon Brando y Albert Finney.

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A partir de ese momento, su carrera fue imparable y su nombre estuvo asociado a la solidez interpretativa, a los personajes torturados y a genios inacabados como demostró en los filmes ‘Lord Jim‘  (1964), ‘La noche de los generales‘ (1966) o la maravillosa ‘El león en invierno‘ (1968).

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En la década siguiente, tras atreverse con el musical ‘El hombre de La Mancha‘ (1972), se refugió en el teatro y en la bebida, crió su fama de actor difícil y relegó su carrera a papeles menores que nunca le hicieron justicia, salvo en ‘El último emperador‘ (1987).

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Quizás, para su suerte o desgracia, quedó marcado para siempre por Lawrence de Arabia, pero sus tres horas de absoluto protagonismo (son contados los planos en los que no aparece) dicen todo de su grandeza y de nuestra profunda admiración.

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Peter O’Toole falleció en 2013 con 81 años, y con el reposo que da el paso del tiempo sale ahora una nueva biografía que repasa la vida del actor, especialmente uno de sus mayores pasatiempos: conquistar mujeres hermosas.

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Y se empleó a fondo en ello porque según el libro, titulado «Peter O’Toole: un fuera de la ley sexual y un rebelde irlandés», el actor disfrutó de la compañía de nada más y nada menos que 1.033 damas.

Las mismas que conquistó Don Juan.

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Los autores de la biografía, Darwin Porter y Danforth Prince, han hecho un recuento minucioso de las compañeras de cama de O’Toole desde su primera experiencia carnal, y por el camino se han encontrado tanto mujeres anónimas como féminas bien conocidas por todo, todas ellas en una vorágine de anécdotas que demuestra que para Peter sólo era un juego.

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Por ejemplo, a principios de los años 60, se apostó con un amigo 150 dólares a que lograba seducir a Diana Dors, Jayne Mansfield y Anita Ekberg, el trío de diosas rubias del momento. Y sí. Lo consiguió.

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O’Toole era consciente de su fama de seductor.

De hecho, cuando se le preguntaba por ello, sacaba a la luz la espinita de no haber podido disfrutar de la compañía de Katherine Hepburn, que según el actor «me llamó cerdo y borracho».

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Sin embargo, el alter ego de Lawrence no recordaba «ninguna mujer que no tuviese si merecía la pena tenerla».

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Según la biografía, O’toole se estrenó en el mundo de la carne con la tierna edad de 13 años.

Corría el año 1945, el joven vivía en Leeds (Inglaterra) y fue seducido por una viuda con medio siglo a sus espaldas «y una hermosa cabellera rubia», de nombre Bubble LaRue.

La dama le contó que había sido cabaretera en Barcelona, y el joven Peter cayó rendido a sus encantos.

Durante cinco meses la visitó todas las tardes, después del colegio, para disfrutar de unos deberes muy particulares.

«Me enseñó cada truco sexual que conozco», confesó el actor en una ocasión. Todo terminó cuando ella le ofreció hacer un trío con un cliente.

«Too much», pensó Peter.

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De la realeza a los transexuales:

Tener un millar de amantes no es fácil, y para llegar a esa cifra O’Toole tuvo que moverse por multitud de ambientes diferentes.

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En 1963 conoció a la princesa Margarita, hermana pequeña de la Reina Isabel II, durante la proyección de su película «Lord Jim».

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Según el libro, la pareja compartió lecho en repetidas ocasiones, mientras el matrimonio de Margarita con Lord Snowden se enfriaba cada vez más.

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Marraquech o el Caribe fueron algunos de los destinos testigos de su arrebatadora pasión.

Tras uno de los múltiples viajes, O’Toole le confesó a un amigo que se entretuvo todo el tiempo con la princesa «en una bañera gigante».

«Llevaba agua de rosas y durante los tres días siguientes olía como una ramera con demasiado perfume», le contó el actor a su colega.

Curiosamente, la princesa no fue una de los nombres más arriba en la lista de mejores compañías del intérprete, o así lo aseguran sus amigos.

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Dos años antes, Peter estaba absorto en el rodaje de «Lawrence de Arabia», y durante el rodaje de las escenas finales en Sevilla, el actor conoció a Apri Ashley, una modelo transexual, en la casa de Carmen Franco.

Ashley fue de las pocas mujeres que se adelantaron a los movimientos de O’Toole y le invitó a su propia casa.

Resulta que en pleno apogeo de la pasión, la maniquí decidió confesarle al actor cuál era su verdadero sexo.

Según ella misma reveló más adelante, «le dió exactamente igual, estaba demasiado entretenido como para preocuparse si había nacido hombre o mujer».

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Póker de reinas:

No le faltó ninguna.

Audrey Hepburn, Elisabeth Taylor, Ava Gardner y Vivianne Leigh.

Todas cayeron en sus brazos.

A Hepburn poco antes de que comenzaran juntos el rodaje de «Cómo robar un millón», en 1965.

Ella estaba entonces casada con el actor Mel Ferrer, pero no tardó en perderse en las sábanas del hotel Ritz de París junto a O’Toole.

Parece ser que, tras el encuentro a Audrey le dijo «creo que una actriz tiene que estar al menos un poquito enamorada de su compañero. Y viceversa».

Parece ser que el romance continuó durante todo el rodaje y que en diciembre de ese mismo año, Hepburn descubrió que estaba embarazada, aunque no sabía si de su marido o de su compañero.

Un mes después, perdió el bebé que esperaba, dejando a O’toole «devastado».

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Por aquella época, llevaba ya cinco años de encuentros con Elisabeh Taylor.

Se conocieron en 1960, cuando ella estaba casada con Eddie Fisher.

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Su primera relación tuvo lugar en Londres en la suite de la actriz.

Taylor quería que O’toole fuera su Marco Antonio en «Cleopatra», y llamó a uno de sus amigos para confesarle que el encuentro con la actriz le daba miedo.

«Voy a acostarme con Elisabeht Taylor, algo que al menos la mitad de los hombres del planeta se mueren por hacer».

Años más tarde, confesaría que, por primera vez en su vida, estaba nervioso. «Temía que me criticase», afirmó.

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Para rizar un poco más el rizo, el por entonces mejor amigo de O’Toole para borracheras y noches en bares era Richard Burton.

Era habitual verles discutir sobre quién era mejor actor, pero en 1967, durante una fiesta en un yate en medio del rodaje de «Boom!», película protagonizada por Taylor y Burton, la discusión cambió.

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Los actores se pusieron a argumentar cuál de los dos era mejor amante, y ante los ataques de Burton, O’Toole perdió los papeles de la caballerosidad pero ganó la discusión.

«Llevo años acostándome con tu señora y ella siempre dice que me prefiere a mí».

Burton se bajó del barco y desapareció durante una semana, en la que O’Toole aprovechó para hacerle compañía a Elisabeth.

Fue una bomba, pero no terminó con su amistad.

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Así lo demuestra que Richard Burton y Peter O’Toole no tuvieron reparos en compartir a Ava Gardner en una tórrida noche mexicana.

«Me dijo que era 10 veces mejor amante que Clark Gable», presumía Peter.

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Durante el rodaje de «La noche de la iguana», el británico visitó a su amante y a su compañero de borracheras en el set de rodaje, y estaba claro que el calor de México se había colado en la sangre de la actriz.

«Siento fuego dentro de mí y creo que necesitaré a dos hombres bien preparados, uno galés y otro irlandés, para que la apague», invitó Ava.

«Tenía razón. Nos llevó toda la noche dejarla satisfecha», confesaría el actor a su mánager, Jules Buck.

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Debía tener razón Gardner en que O’toole superaba en artes amatorias a Clark Gable, porque la mismísima Escarlata O’Hara quiso probarlo.

Durante su divorcio del también actor Laurence Olivier tras 20 años de matrimonio, Vivien Leigh se consoló con la íntima compañía de Peter.

Uno de sus encuentros, según su amigo Kenneth Griffin, tuvo lugar en un cuarto «empapelado con la cara de Oliver».

«Fue raro, pero el mejor sexo de mi vida», confesó Peter O’Toole.

Y mira que tuvo sexo para comparar.

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Omar Sharif

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Sangre egipcia y libanesa corre por las venas de este carismático y portentoso actor, que logró hacerse un hueco en el cine occidental después de ser descubierto por el gran director Yousseff Chahine y comerse la pantalla como galán en películas egipcias de gran éxito.

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David Lean le eligió para el papel del harish Sherif Alí tras observar una fotografía suya, y fue tanta la química director-actor, que le entregó cuatro años después el papel protagonista de ‘Doctor Zhivago‘ (1966), la inolvidable adaptación de la novela rusa de Boris Pasternak, convertida en otro sólido clásico del director británico.

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Tras estos dos exitazos, Sharif se afincó en Hollywood donde su carisma, profesionalidad y buena planta le otorgaron papeles de gran calado, desde ‘La noche de los generales‘ (compartiendo de nuevo plano con O´Toole) pasando por las estupendas ‘Funny Girl‘ (1968), ‘El último valle‘  (1970) y ‘Lazos de sangre‘ (1979); la disparatada comedia ‘Top Secret‘ (1981); y más recientemente la multipremiada ‘El señor Ibrahim y las flores del Corán‘ (2003) u ‘Océanos de fuego‘ (2004), por mencionar algunas de las más particulares, debido a que por su porte y encasillamiento, la mayoría de las producciones realizadas en los últimos años han sido de carácter histórico y poco mencionables.

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Este actor nos ha dejado y en su mirada seguimos viendo la estirpe más antigua del mundo árabe y su gran contribución a la eliminación de clichés en las décadas más importantes del cine épico y de aventuras.

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Lawrence de Arabia. Una gran peli

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Robert Bolt

Visualmente es inmenso el retrato de un personaje complejo y polémico, prodigiosamente claro.

‘Lawrence de Arabia‘ es una película apasionante que nos construye la leyenda de un héroe, al mismo tiempo que la desmonta o le devuelve su rostro humano.

Impresiona el minucioso guión de Robert Bolt, basado en las memorias de T. E. Lawrence y la propia construcción de la película que pretende resaltar la gesta de un héroe cuestionado, pero sin lugar a dudas, singular.

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Metafóricas-elipsis de Lean

Lean no es un realizador exhibicionista, pero sí un narrador conciso, lírico y con un gran sentido del ritmo.

Para él, el montaje es el auténtico proceso creativo.

Cada detalle de cada secuencia ofrece información y poesía.

En esta película abundan las metafóricas-elipsis (la cerilla que enciende un amanecer y el nacimiento de un héroe), los planos amplios, que saben cómo abrazar un entorno natural fascinante, o las panorámicas narrativas.

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Grandes momentos

Hay mucho estudio en sus encuadres y así, la cámara logra momentos impactantes como la mirada rota y de cristal celeste de un Lawrence / O´Toole que comprende la vileza de sus acciones y el placer que descubre en ellas.

Pero también es una guía que nos acompaña, a ritmo de camello y a bordo de un pausado  travelling, por el Nefud.

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Un espejismo a lo lejos

Es también irónica al llegar a Aqaba o permanece expectante cuando Alí (Omar Sharif) se confunde con un espejismo para cobrar vida y presentarse en la historia.

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Freddie Young

Inolvidable es también la fotografía de Freddie Young y sus bellas texturas de atardeceres, horizontes sin final, dunas acariciadas por el viento.

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David Lean fue capaz de detener el tiempo en la película y de filmar la sensación de eternidad.

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Maurice Jarre

El francés Maurice Jarre, autor de la magistral banda sonora, no fue la primera elección de Sam Spiegel, productor de la película.

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Sin embargo, fue el que finalmente recibió el encargo de componer una partitura-orquesta de dos horas de duración en seis semanas.

El resultado habita en la memoria de espectadores de todos los tiempos: es de una belleza brutal.

Se trata de una música orgánica y paisajística, que adquiere un gran protagonismo a la hora de reivindicar ciertas emociones logradas a lo largo del metraje.

Es apasionada, capaz de reflejar la barbarie y de retratar la compleja e inquietante personalidad del protagonista.

En ‘Lawrence de Arabia‘, como en pocas películas, la música se hace cine.

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El filme comienza con una larga obertura donde el compositor reúne todos los temas que se irán, poco a poco, escuchando.

Entre ellos, la insistente percusión que acompaña a las piezas musicales árabes y nos hablan de un pueblo exótico, fascinante y violento.

La melodía principal, con la que identificamos al héroe, se interpreta con diferentes instrumentos, jugando con los tiempos y las variaciones, volviéndose solemne y grandiosa, irónica a ratos y emocionante siempre.

También hay espacio, en la majestuosidad de la banda sonora, para ciertos ‘toques electrónicos’ que se prodigan, por ejemplo, en la desoladora travesía por el desierto del Nefud.

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Retrato de un héroe

No era un beduino, ni tampoco un dios.

Sin embargo, encontró en el desierto ese destino que, según parecía, no estaba escrito para él.

Carismático, ególatra, brillante, chiflado, apasionado, visceral, culto y cruel, Lawrence de Arabia era un ser atormentado y vengativo, pero también un poeta y un hombre inteligente con “una mente concebida por un escorpión”.

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El comandante T. E. Lawrence fue un hombre fronterizo, capaz de encarnar las más extremas contradicciones.

De ahí la fascinación que produce el retrato realizado por Lean.

Este “pobre diablo que camina por un torbellino”, fue un Quijote arrogante con los arrestos suficientes como para cambiar el rumbo de la guerra con un puñado de árabes, grandes guerreros, más o menos nobles, más o menos interesados.

Albergó la idea loca de construir un estado árabe arrebatándole el territorio a los turcos, pero ignorando, de manera consciente, las ambiciones que albergaban las potencias europeas para las que nunca había dejado de trabajar.

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¿Fue un traidor o luchó por una causa que era un espejismo, un sueño de nadie?

Lo cierto es que Lean nos lo presenta como un romántico empedernido, con madera de héroe, muchas debilidades humanas y hambre de inmortalidad.

Demasiado pronto se dio cuenta que la vida era muy larga; la gloria, un suspiro, y detrás de todo ello, tan sólo había una certeza: se encontraba solo, únicamente acompañado por la enormidad de una leyenda que le inquietaba.

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Escenarios:

Sevilla

Buena parte de los edificios que aparecen en la película pertenecen al complejo construido en la capital andaluza en 1929 con motivo de la exposición Iberoamericana.

La plaza de España era el cuartel general británico en El Cairo.

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La Casa de Pilatos servía para el encuentro entre Lawrence y el general Allenby.

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El hotel Alfonso XIII, donde se alojaba el equipo, sirvió para recrear el club de oficiales.

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La plaza de las Américas era Jerusalén.

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Y el Casino de la Exposición, la cámara del consejo árabe.

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Decididamente, Sevilla tiene algo especial.

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Aït Benhaddou (Marruecos)

A 35 kilómetros de Ouarzazate, remontando el oued Melha por la P31 aparece el famosísimo ksar de Aït Benhaddou, una de la fortalezas de barro más bonitas y rimbombantes del sur marroquí.

La mayoría de fotos de los folletos turísticos que publicitan el exotismo de Marruecos están tomadas aquí.

El lugar estuvo habitado por la tribu de los ben Haddou hasta la década de los cincuenta, cuando comenzó el abandono de la ciudad y su progresivo deterioro.

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Su declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987 contribuyó a recaudar fondos para restaurar buena parte de esta fortaleza de barro; el resto sigue desmoronándose poco a poco cada día.

Fue utilizado en Lawrence para numerosas escenas de desierto.

Desde entonces se han rodado aquí otras muchas superproducciones, desde La momia a El cielo protector, pasando por Gladiator.

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Almería

En una playa del Algarrobico, contigua a donde se ha levantado ahora el célebre y vergonzante hotel construido fuera de norma y que nadie sabe qué hacer con él, se construyó un poblado que recreaba Aqaba, la ciudad jordana del Mar Rojo que atacaban los beduinos liderados por Lawrence y el Sherif Ali (Omar Sharif en la peli).

Trabajaron 200 personas durante 3 meses para levantar 300 edificos, más falsos que Judas.

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Cabo de Gata

Otro set de rodaje usado en docenas de películas, lo fue también en ésta: en la gran llanura con dunas que hay entre El Toyo y San Miguel de Salinas, en el extremo oeste del actual parque natural, se rodó la escena de la voladura del tren; para ello hubo que construir 2,5 km de vía y comprar a RENFE dos locomotoras y varios vagones y volarlos de verdad con dinamita (todavía no se habían inventado los efectos especiales por ordenador); ni que decir tiene que fue toma única, eso sí filmada con siete cámaras por si las moscas.

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En la rambla del Cautivo, en el desierto de Tabernas, se plantaron palmeras que aún pueden verse para recrear un oasis.

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El parque Nicolás Salmerón de Almería, el mayor jardín urbano de la ciudad, sirvió para recrear la salida de las tropas árabes de Damasco y también para simular la entrada de Lawrence en El Cairo, un tranvía construido para la ocasión cruzaba la escena cargado de extras egipcio-almerienses disfrazados; tiraba de él un tractor.

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Jordania

Y por fin, los escenarios reales donde el TE Lawrence de verdad cabalgó con los beduinos: el desierto jordano de Wadi Rum, uno de los más bellos desiertos de piedra del mundo, sirvió como decorado para el campamento del rey Feisal y otras escenas del desierto.

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La carga de los camellos con Omar Sharif al frente (mentira cochina, porque los planos de Sharif se pegaron luego) se filmó en el wadi Jarf, uno de los valles secos del desierto central jordano.

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Más escenarios

La catedral de San Pablo, en Londres; las campiñas de Surrey, en Inglaterra, y el desierto Imperial Sand Dunes, en California, también fueron usadas para rodar exteriores.

Hasta aquí el mito creado por Hollywood.

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Lawrence de Arabia Anécdotas

Larga Producción

No fue fácil ni corto el camino para llevar a cabo esta película, el equipo de preproducción tardó la friolera de dos años en elaborar el proyecto, si a esto le sumamos los 14 meses, es decir, el año y pico que fue necesario para el rodaje, tenemos posiblemente una de las películas que más se ha tardado en terminar.

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Éxitos y más éxitos

‘Lawrence de Arabia‘ fue todo un éxito en los festivales de cine de 1962.

La película fue la gran vencedora en los Oscars, llegando a conseguir 7 de ellos, entre los que se incluyen los de mejor película, director, fotografía y música.

También arrasó en los Globos de Oro y en los BAFTA con 4 galardones en cada uno de ellos.

Por último, la National Board of Review le entregó el premio al mejor director.

Un año después, en 1963, en los premios David di Donatello recibió el premio a la mejor producción y el premio al mejor actor extranjero.

Sin duda una película que ha cosechado más fortuna de la que se esperaba.

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Monumental escenografía

La creación de la ciudad de Aqaba no fue ninguna tontería, se construyeron más de trescientos edificios en una zona desértica del sur de España.

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Como la vida misma.

‘Lawrence de Arabia‘ está basada en la autobiografía que este escribió en 1955 ‘Seven Pillars of Wisdom‘, es algo revisionista ya que Richard Adlinglton fue muy exagerado en el relato.

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El día que Lawrence de Arabia cambió el desierto por Sevilla

El equipo estableció su cuartel general los 4 meses en el hotel Alfonso XIII.

La Columbia seleccionó a cientos de extras sevillanos para distintas escenas.

Casi todos los planos de interior de la película se rodaron en Sevilla.

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Crónica literaria de un rodaje en Sevilla:

Andaba Sevilla sumida en la tragedia en el comienzo de aquel invierno de 1961.

El accidente de avioneta que acabó con la vida de cuatro personas cubrió de luto todo lo relacionado con una Operación Clavel que pretendía a paliar la desgracia en la que el Tamarguillo había ahogado el presente de miles de familias que se habían quedado sin hogar.

Y en esto llegó Hollywood con su fascinante maquinaria para transformar la ciudad en una realidad soñada.

De El Cairo a Deraa, de Jerusalén a Damasco, calles y edificios de Sevilla se convirtieron en los escenarios de uno de los más épicos relatos de la historia del cine.

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El ‘oasis’ sevillano

Entre los meses finales de 1961 y el primer trimestre de 1962, el populoso equipo de más de setenta técnicos de la Columbia que capitaneaban el director David Lean y el productor Sam Spiegel, desembarcó en la capital andaluza después de varios meses de rodaje en Jordania, donde se filmaron casi todas las escenas ambientadas en el desierto.

Tras aquella dura experiencia en la que el equipo soportó las extremas condiciones del desierto jordano, rodar en Sevilla supuso un alivio considerable.

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Cuartel original de la película.

Establecieron su cuartel general en el hotel Alfonso XIII -que además sirvió como set de rodaje en algunas de las escenas de la película-, donde se alojaron el propio director y los actores protagonistas, Alec Guiness, Anthony Quinn, Omar Sharif y un joven Peter O’Toole que aceptó el papel principal tras el rechazo de Marlon Brandon, que prefirió marcharse a Tahití para rodar Rebelión a bordo.

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Pedro Vidal coordinador:

El ayudante de dirección Pedro Vidal fue contratado para coordinar la participación en la cinta de miles de extras sevillanos en algunas escenas, como la llegada de Lawrence de Arabia al cuartel del general inglés en Jerusalén, recreada en la Plaza de América y la puerta principal del Museo Arqueológico.

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Según relata Vidal en el ensayo sobre la película ‘Lawrence de Arabia‘, del crítico cinematográfico Juan Tejero (T&B Editores, 2002), para animar a los 800 extras sevillanos que participaron en esa escena y que desconocían el personaje protagonista y su historia real pero debían mostrarse entusiasmados de júbilo ante las cámaras, se les dijo que la personalidad que llegaba en el coche acompañado de oficiales ingleses era el torero Antonio Ordóñez, ídolo taurino de la época.

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La plaza de América como camerino

Antonio González, uno de los extras,  no recuerda haber recibido aquella motivación, pero sí recuerda la cantidad de veces que tuvieron que repetir la escena.

“Acudí a la cita en la plaza de América con mi padre, a quien también seleccionaron, y allí mismo nos vistieron de árabes y nos maquillaron para oscurecernos la piel“, recuerda.

“Había muchos extras y muchos técnicos de la película corriendo de un lado para otro. Nos explicaron que teníamos que gritar y agitar un periódico enrollado que nos dieron a cada uno cuando escucháramos el grito de ¡acción! Lo repetimos decenas de veces, estuvimos todo el día para rodar sólo eso a cambio de varios bocadillos y 5.000 pesetas, una fortuna en la época“.

En la escena rodada en el parque de María Luisa participaron 800 extras sevillanos.

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Oficial inglés

“Después del rodaje de aquella escena, los del casting me volvieron a citar, esta vez en una casa de la calle Miguel de Mañara.

Allí me probaron varios uniformes de oficial inglés, hasta que dieron con uno de mi talla, incluyendo la gorra de plato y botas de montar que yo reconocí como de gran calidad porque yo me dedicaba al negocio de la zapatería”, recuerda Antonio.

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De incógnito hasta el Alcázar

“Me trasladaron, junto a varios extras más, hasta el Alcázar, a apenas 100 metros, en el interior de una furgoneta porque nadie podía vernos. Y en el Alcázar rodamos una escena de tan sólo unos segundos en la que Peter O’Toole mantenía un diálogo con un oficial inglés delante nuestra mientras caminaban.

La pena es que no se pararan delante nuestra, porque entonces me hubiera podido reconocer en la pantalla“.

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Sevilla el mejor escenario

La mayoría de las escenas de interiores de la película se rodaron en Sevilla, ciudad elegida por el diseñador de producción John Box por la gran variedad arquitectónica de edificios históricos, incluyendo algunos de estilo neomudéjar como el Museo de Artes y Costumbres Populares que tan bien encajaba con la estética de la historia.

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«No hizo falta construir muros, teníamos estructuras naturales que hacían que nuestro mundo fuese real», recuerda Box en el libro.

«Evidentemente, los accesorios de atrezzo nos ayudaron considerablemente en nuestra labor».

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Escenarios mojados

El rodaje en Sevilla, que finalizó el 19 de marzo de 1962, estuvo plagado de anécdotas.

Como las escapadas nocturnas de O’toole y Sharif a algunos tablaos o cómo la crecida del Tamarguillo inundó los sótanos del Pabellón de Perú de la Exposición Iberoamericana y echó a perder los decorados listos para rodar la escena de Lawrence trabajando en la sala de mapas del cuartel general inglés en El Cairo.

Recompuesto el escenario, la secuencia tuvo su dificultad añadida: conseguir que una mosca se posara junto a la mano de protagonista en un plano detalle, algo que llevó horas de paciencia a los ayudantes de producción.

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Marlon Brando no se veía en camello

Dicen que Marlon Brando rechazó el papel del héroe inglés porque no se veía pasando dos años de su vida “subido a un camello”.

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Lean hizo de la sutileza una virtud

Además, se cuenta que Lean quiso ser más explícito a la hora de tratar el tema de la homosexualidad de T. E. Lawrence,  pero la productora se lo impidió para no ofender al puritano público norteamericano.

El respeto a la taquilla fue lo primero, aunque Lean hizo de la sutileza una virtud y logró contar, con gran habilidad y tacto, todo lo necesario.

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La salud de O´Toole

Durante el rodaje Peter O’Toole perdió 13 kilos, y no fue el peor de sus problemas.

Se hizo un esguince en el tobillo, se desgarró varios músculos, se dislocó la espalda, se golpeó la cabeza…

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Peter O´Toole en el estreno

En el estreno de “Lawrence de Arabia” en Estados Unidos, sólo requirieron la presencia de Peter O´Toole y no de Omar Sharif, a quien le hacía mucha ilusión.

O´Toole dijo que si Sharif no iba, él tampoco.

Finalmente accedieron y acudieron los dos.

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Anthonny Quinn bien caracterizado

Anthonny Quinn estuvo tan perfectamente maquillado y vestido como Abu, que David Lean al verlo creía que no era él y dijo:

– “Ya tenemos al auténtico Abu, que despidan a Anthonny Quinn“.

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Calorcito

En el desierto hacía temperaturas de 50 ó 55 grados.

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Ataques de risa

Durante la escena en la tienda del Príncipe Feisal, donde un anciano recitaba versos del Corán, Peter O´Toole y Omar Sharif estuvieron más de dos horas riéndose, no pudiendo actuar.

Esto produjo el enfado de Alec Guinnes, pero posteriormente Alec también empezó a reírse sin parar y David Lean tampoco pudo contener la risa y se suspendió el rodaje por ese día.

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Acentos

Alec Guinness interpretaba al Príncipe Feisal y perfeccionó su acento durante una conversación de varias horas con Omar Sharif.

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Un camello protector

Durante el ataque a Aqaba, Peter O´Toole se cayó de su camello y el propio animal se puso a cuatro patas sobre él cubriéndolo de los caballos que venían corriendo por detrás.

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Dos actores para Alí

Alain Delon era uno de los candidatos para hacer el papel de Alí, que recayó finalmente en Omar Sharif, ya que éste hablaba bastante bien el inglés.

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Un montaje apresurado

La première mundial de la película, presentada en sesión de gala a la reina Isabel II de Inglaterra, se celebró en el Odeón londinense y convocó a los representantes más granados de la aristocracia inglesa.

Los ingresos de la misma se orientaron a fines benéficos y el acontecimiento obtuvo un eco sin precedentes.

Aunque parezca increíble, seis semanas antes de este evento Lean se hallaba rodando escenas todavía, y el montaje se realizó con tanta rapidez que el director visualizó por primera vez su obra completa durante dicha celebración.

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Enterita:

‘No corte nada ni permita que lo hagan’.

Con esta frase, otro legendario director, David 0’Selznick, conminó a Lean a mantener el polémico metraje de su película.

Le puso el ejemplo de Lo que el viento se llevó, un gran éxito en taquilla a pesar de su larga duración.

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Los críticos españoles:

La película duraba en su estreno 3 horas y 42 minutos.

Dos críticos españoles asistieron al mismo.

Uno de ellos, A. Martínez Tomás, representando a La Vanguardia, alababa la obra pero censuraba su duración tachándola de ‘demasiado larga… un tanto excesiva… no sería ocioso abreviarla un poco’.

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Veinte minutos menos:

Curiosamente, la opinión de este crítico fue premonitoria: los exhibidores cortarían 20 de sus 222 minutos porque a los telespectadores de las emisiones vespertinas no les daba tiempo a coger el último tren de vuelta a sus casas.

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Cada vez menos:

En 1971, se exhibiría un nuevo montaje televisivo en el que había participado el propio Lean.

En él se reducirían otros 15 minutos.

Con el paso del tiempo el filme iría perdiendo planos.

El director no se percataría de ello hasta varios años después.

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Todo el metraje:

Un archivista, Bob Harris, descubrió varias escenas cortadas y con el oficio y apoyo de Spielberg, gran admirador de Lean, y Scorsese logró que la Columbia Pictures financiase el proyecto de recuperar la totalidad del metraje.

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Recuperar las voces:

Un equipo de sordomudos contratado por el mismo Harris descifró los diálogos perdidos en boca de O’Toole, Guinness, Sharif y sobre todo Anthony Quinn uno de los más perjudicados.

Los propios actores se doblarían a sí mismos.

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Demasiado dinero:

El elevado coste de la superproducción haría imposible su financiación hoy en día.

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La preferida de Lean:

Lean confesó en repetidas ocasiones que Lawrence de Arabia era la predilecta de su filmografía.

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Muchos Oscar:

Se hizo con siete de los diez Oscar a los que fue nominada, entre ellos mejor película y mejor director.

Lean conseguiría así el que sería su segundo y último premio de la Academia (antes había ganado también con El puente sobre el río Kwai).

En una ocasión, confesó desconocer dónde se hallaban: ‘Uno lo olvidé en un hotel de Nueva Delhi, el otro no recuerdo dónde está’.

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Actor shakespeariano:

O’Toole, actor shakespeariano de prestigio en su Inglaterra natal, logró una candidatura al Oscar por su magistral interpretación, a la par que iniciaba su lanzamiento internacional.

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Sin chicas:

En la película no aparece ningún personaje femenino, sólo mujeres en un plano muy discreto durante el entierro de Lawrence y fugazmente como parte de las tribus árabes.

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Sharif y el pozo:

Lean era un tanto reacio a la inclusión en el reparto del egipcio Omar Sharif.

Finalmente el actor logró ganarse su respeto durante el primer día de rodaje.

‘Pasé toda la noche practicando cómo se sacaba agua del pozo con un fusil al hombro. Ensayé una y otra vez cómo hacer esa escena’, confesó.

Gracias a su obcecación se descubrió que el arma debía ser atada a su espalda a fin de que no obstaculizase la acción.

Omar Sharif sería candidato al Oscar al mejor actor secundario.

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Barrer la arena:

Tras el rodaje de cada plano, una brigada de operarios se paseaba por el desierto armada de escobas a fin de hacer desaparecer las huellas.

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Musulmanes:

En Almería a los extras se les atavió como a musulmanes con días de antelación.

Llegada la fecha del rodaje la caracterización era perfecta: sus ropas ya estaban ajadas y se conducían como auténticos árabes.

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Caballos reales:

El rey Hasán II prestó caballos de sus propias cuadras para el rodaje.

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El ejército:

En la película intervinieron miembros del ejército del rey Faisal de Arabia Saudí.

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Solo un interior:

Sólo una escena se rodó en estudio: un plano de breves segundos de duración cuya filmación era imposible en el desierto ya que la película se quemaba.

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Alguien discrepó:

Pese a que la película se estrenó en 1962 con estruendoso éxito y la crítica mundial la cubrió de elogios, tras su estreno en Nueva York, seis días después un crítico del New York Times escribió:

‘Es una película desprovista de emoción, tan seca como el desierto. Es una ópera para camellos’.

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Brigada de su Legión Árabe:

El rey Hussein de Jordania prestó toda una brigada de su Legión Árabe como extras para la película, así que la mayoría de los “soldados” se interpretan por los soldados reales.

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La secretaria

Hussein visitaba con frecuencia los conjuntos y se enamoró de una secretaria británica joven, Antoinette Gardiner, quien se convirtió en su segunda esposa en 1962.

Su hijo mayor, Abdullah II Rey de Jordania, ascendió al trono en 1999.

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Unos años más tarde

Peter O’Toole afirma que nunca vio la película terminada hasta casi dos décadas después de su lanzamiento original, momento en el cual quedó muy impresionado.

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De izquierda a derecha

Casi todos los movimientos en la película va de izquierda a derecha.

David Lean dijo que lo hizo destacar que la película fue un viaje.

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Peli prohibida

La película fue prohibida en muchos países árabes, ya que consideraban que estaban mal representadas.

Omar Sharif se entrevistó con el presidente Gamal Abdel Nasser de Egipto para ver la película y demostrarle que no había nada malo en la manera en que fueron retratados.

A Nasser le encantó la película y permitió que fuera exhibida en Egipto, donde se convirtió en un éxito monstruo.

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Lente especial de 482 mm

Para filmar a Omar Sharif en su aparición a través de un espejismo, Freddie Young usó un lente especial de 482 mm Panavision.

Panavision todavía tiene este objetivo, y es conocido entre los directores de fotografía como el “David Lean lente“.

Fue creada específicamente para esta escena y no se ha utilizado desde entonces.

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Una escena en un año

Durante una aparición en The Tonight Show Starring Johnny Carson (1962) en la década de 1970, Peter O’Toole estaba describiendo cuánto tiempo se empleó para rodar la escena cuando TE Lawrence y el general Allenby, después de su reunión, continúan hablando mientras caminaban por una escalera.

Según O’Toole, parte de la escena tuvo que ser rodada de nuevo mucho más tarde:

“Por lo que en la impresión final, cuando llegué a la parte inferior de las escaleras, soy un año mayor que yo cuando empecé a caminar por esos escalones “

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Las mujeres calladas

Aunque tiene 227 minutos de duración, esta película no tiene mujeres con diálogo.

Es según los informes, la película más larga de no tener ningún diálogo hablado por una mujer.

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La música

Musicalmente, Maurice Jarre fue contratado para escribir la partitura dramática.

Aram Khachaturyan estaba manejando los temas orientales.

Benjamin Britten la música imperial británica.

Ni Khatchaturian o Britten fueron capaces de obtener la música que quería el productor todo poderoso Sam Spiegel.

Contrató a Richard Rodgers para llenar los vacíos musicales.

Cuando Spiegel y Lean escucharon las composiciones de Rodgers, quedaron enormemente decepcionados, por lo que se dirigieron a Jarre para ver lo que había hecho.

Lean escuchó el tema ya clásico de Jarre.

Desde ese momento sabían que tenían el compositor adecuado.

Jarre fue el encargado de componer la música de toda la película, en tan sólo seis semanas.

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Buen maquillaje

Alec Guinness fue maquillado para parecerse al Faisal real.

Cuando estaban rodando en Jordania, varias personas que conocían al personaje lo confundieron.

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Una silla de montar acolchada

Peter O’Toole finalmente dominó la técnica de montar en camellos y a caballo.

Se le preparó una alfombrilla de caucho debajo de la silla de montar para aliviar su espalda magullada.

Esta innovación práctica fue adoptada rápidamente por los miembros de las tribus beduinas reales que actuaron como extras durante el rodaje en el desierto.

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Freddy

Durante el rodaje, Peter O’Toole hizo mucha amistad con Omar Sharif.

Recuerda Sharif:

“Peter y yo éramos como hermanos“.

Al principio de la película me dijo que nadie se podía llamar Omar Sharif.

Probablemente su nombre sería Freddy algo.

“Y para el resto de la película y el resto de nuestras vidas, él nunca me llamó Omar.

Me llamaba Freddy “.

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Camellos y tiros

En la batalla real de Aqaba, Lawrence casi fallece cuando su camello lo lanzó después de que accidentalmente le disparó en la cabeza.

En una notable coincidencia, Peter O’Toole casi se mató cuando un arma utilizada para señalar la “acción”, en la primera toma de la escena Aqaba se disparó antes de tiempo, y O’Toole fue arrojado por su camello en pánico delante de los caballos de carga .

Otro relato sostiene que O’Toole fue cegado temporalmente por perdigones de un arma de efectos y perdió el control de su animal.

En cualquier caso (afortunadamente para O’Toole) el camello, entrenado para este tipo de situaciones, se puso sobre O’Toole y le resguardó impidiendo que fuera pisoteado.

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Agua

Durante el rodaje en Jordania, cada gota de agua para la producción fue traída en camión desde el pozo más cercano, a 150 millas de distancia.

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Coste actual

Steven Spielberg estima que hacer esta película en la actualidad costaría unos 285 millones de dólares.

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Al pie del cañón

David Lean nunca realizó ningún diario durante el rodaje.

Él sólo se perdió un día de trabajo, aunque durante la producción sufrió varias enfermedades.

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Siete Pilares de la Sabiduría

El hermano de Lawrence, no estaba interesado en la representación de la película de su hermano por lo que no permitió el uso del título de su autobiografía “Siete Pilares de la Sabiduría“.

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José Ferrer

Peter O’Toole dijo que aprendió de actuación en sus pocos días de filmación con José Ferrer que en todos sus años en la escuela de teatro.

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Vasos de plástico

Inicialmente la producción utilizaba tazas blancas de plástico para el agua potable, pero el viento con frecuencia los volaba y aparecían esparcidos en el desierto.

Después de filmar varias escenas que había que desechar por la presencia de los dichosos vasos, David Lean los prohibió y se sustituyeron por tazas de cerámica.

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Bien remunerado

José Ferrer se mostró muy satisfecho por la pequeña parte que se le ofreció.

Él aceptó con la condición de que se le pagara 25.000 dólares, más que Peter O’Toole y Omar Sharif juntos.

Irónicamente Ferrer dijo sobre su pequeño papel que él considera que es la mejor actuación de su carrera.

En cualquier caso la mejor pagada.

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Nominación perdida

La película se perdió la nominación al Oscar número once por el Mejor Diseño de Vestuario, porque alguien se olvidó de presentar a Phyllis Dalton para su consideración.

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La tercera opción

Peter O’Toole ganó su papel como Lawrence de Arabia, después de que fuera rechazado por la superestrella de Marlon Brando y un entonces desconocido Albert Finney.

Sam Spiegel produjo La ley del silencio en 1954 que protagonizó Brando, por la que ganó su primer Oscar.

Tanto el director David Lean y el productor Sam Spiegel querían a Brando, pero este se negó aduciendo que no quería pasarse dos años montando a camello.

Su segunda opción Finney fue sometido a extensas pruebas de pantalla que costaron 100.000 libras, pero se negó a firmar un contrato de siete años exigido por Spiegel.

O’Toole firmó el contrato de siete años y consiguió el papel.

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Un Lawrence más guapetón

Peter O’Toole es considerablemente más alto y más guapo que el verdadero T.E. Lawrence.

Noël Peirce Coward actor, dramaturgo y compositor inglés se rumorea que comentó en el estreno:

– “Si hubiera sido más bonito, que habrían tenido que llamarlo Florencia de Arabia“.

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Soldados extras

Los soldados del ejército marroquí fueron empleados como extras sin paga.

Lo que provocaba que no estuvieran muy contentos.

Las esperas eran eternas. Muchos desertaron de aburrimiento.

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Un uniforme pequeño

La diseñadora de vestuario Phyllis Dalton hizo deliberadamente el uniforme de  Peter O’Toole demasiado pequeño y mal ajustado para significar el malestar de Lawrence  con esa vestimenta.

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Petra y Aqaba

David Lean espera para filmar en el Aqaba real y en el sitio arqueológico de Petra.

Muy a su pesar, sin embargo, la producción tuvo que ser trasladada a España, a causa de los excesos de costes y los brotes de enfermedades entre el reparto y el equipo antes de que estas escenas pudieran ser tomadas.

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La restauración:

Cuando los conservacionistas de cine Robert A. Harris y Jim Painten consiguieron el permiso de Columbia para restaurar la película de David Lean, cuatro toneladas de material les fue entregado a su puerta.

Les tomó casi un año para conseguir ordenar todo el material.

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El periodista

El personaje de Jackson Bentley se basa en el periodista de la vida real y experto en viajes Lowell Thomas.

Sus escritos fueron los que abrieron la puerta a la atención hacia este personaje.

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La noche americana

Debido a que la filmación no fue posible en la completa oscuridad de la noche, las escenas nocturnas fueron filmadas durante el día con filtros de luz en las lentes.

Ésta es también la razón por la que hay sombras de los camellos durante las escenas nocturnas.

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Un largo proceso

La película pasó 2 años en pre-producción antes de los 14 meses de rodaje en lugares como Jordania, España y Marruecos.

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Mucho animal

La carga en Aqaba empleó 450 caballos y 150 camellos.

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Casa de Pilatos

La residencia en Jerusalén del general Allenby fue filmada en una mansión morisca, La Casa de Pilatos, en Sevilla.

El equipo de filmación derribó accidentalmente una estatua de gran valor por su antigüedad.

El rodaje se reanudó unos días después, cuando se aclaró el incidente.

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Robert Bolt en la cárcel:

La producción fue interrumpida durante 3 meses porque el escritor Robert Bolt había sido encarcelado por participar en una manifestación contra el desarme nuclear.

Fue puesto en libertad, sólo después que Sam Spiegel le convenciera para firmar un acuerdo de buena conducta.

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Alec Guinness de Lawrence a Feisal

Alec Guinness quería el papel de Lawrence.

Pero David Lean y Sam Spiegel le dijeron que era demasiado viejo.

Laurence Olivier fue la elección original para el príncipe Feisal, y Guinness se ocupó de ese papel cuando Olivier lo rechazó.

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Steven Spielberg

Es la peli favorita de Steven Spielberg.

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Un árabe real

El actor mexicano Anthony Quinn se maquillaba así mismo.

Usaba prendas árabes reales.

Un día Lean lo confundió con un nativo.

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William Wyler y una segunda unidad

En un momento dado, cuando el rodaje avanzaba con demasiada lentitud para su gusto, el productor Sam Spiegel invitó William Wyler a visitar el set.

Quería que Wyler filmara escenas con una segunda unidad.

El perfeccionismo de Lean lo evitó.

Quería el dominio absoluto de la dirección.

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Brando en Rebelión a bordo:

Marlon Brando rechazó el papel de Lawrence.

Interpretó, en su lugar, a Fletcher Christian en Rebelión a bordo (1962) .

Esta peli se paso con mucho del presupuesto.

Mientras que “Lawrence de Arabia” fue un gran éxito, “Rebelión a bordo” se consideró un fracaso y dañó la carrera de Brando.

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Las vías de tren

En su primera búsqueda de localizaciones en un viaje en Jordania, David Lean descubrió los restos de las locomotoras turcas y vías de tren que Lawrence había destruido durante la Revolución Árabe.

Después de 40 años al sol, ni siquiera se habían oxidado.

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O´Toole polilesionado

Peter O’Toole sufrió varias lesiones durante el rodaje.

Padeció quemaduras de tercer grado, esguinces de ambos tobillos, ligamentos desgarrados, tanto en la cadera y el muslo, fractura de un pulgar, lesiones de columna vertebral, se fracturó el cráneo, fue mordido por un camello, se torció el cuello y sufrió una conmoción cerebral en dos ocasiones.

También se hirió gravemente en una mano durante el rodaje, por la rotura de la ventana de una caravana en estado de embriaguez.

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Sin mujeres

Aunque las mujeres no tienen líneas en la película, que de vez en cuando se pueden ver en el fondo de algunas escenas.

Para los árabes, la tradición prohibía que las mujeres beduinas fueran fotografiadas, por lo que la diseñadora de vestuario Phyllis Dalton disfrazó a mujeres cristianas, para que pudieran aparecer en la película.

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Kirk Douglas?

En los primeros días de la producción, cuando el personaje de Bentley tenía un papel más destacado en la película, Kirk Douglas fue considerado para el papel.

Sin embargo, Douglas quería un salario estrella, el segundo de facturación después de Peter O’Toole.

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Jordania

El diplomático británico Anthony Nutting convenció al rey Hussein de Jordania de que la película iba a impulsar el turismo.

También apeló a su sentido de la familia.

El bisabuelo del rey, Sherif de La Meca, había puesto en marcha la rebelión árabe con T. E. Lawrence en 1916.

El rey Hussein rápidamente dio a la película su bendición.

Nutting incluso logró rebajar la tarifa original por la cooperación del Ejército jordano de un millón de libras a 165.000.

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Hay más anécdotas, pero ya he puesto suficientes para que ningún lector normal haya llegado hasta aquí.

Si alguien ha conseguido leérselo todo le invito a comer (un menú del día).

 

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Muchos besos y muchas gracias.

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Crítico de Cine de El Heraldo del Henares

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