Wilder rueda esta peli a los 68 años. Realiza un remake de un clásico de 1940 Luna Nueva de Howard Hawks.
Vuelve a contar con Jack Lemmon y Walter Matthau que es apostar a un valor seguro.
Esta vez el gran Wilder arremete contra los periodistas y los políticos. Realiza una sátira social cruel (pero, tal vez, merecida) a “los caballeros de la prensa”.
Los diálogos son como una ametralladora rápidos y certeros.
En ciertos momentos se abandona el tono realista para caer en el esperpento.
Yo no puedo evitar partirme de risa. La considero la comedia perfecta con grandes personajes muy bien interpretados, con magníficos secundarios, con un guión excelente, unos diálogos impresionantes y un desarrollo con mucho ritmo.
Luna Nueva es una gran película pero Wilder hace con un guión similar otra cosa tan perfecta como la de 1940 (de la que hablaré próximamente).
El argumento es más o menos: Un grupo de periodistas esperan que se realice el ahorcamiento de un pobre diablo que accidentalmente ha cometido un homicidio. El alcalde y el jefe de policía desean que se celebre la ejecución porque les supondría ganar las elecciones…
Esto es claramente una tragedia de tomo y lomo. Wilder se encarga de darle la vuelta y convertirlo en una comedia, como hace en El apartamento.
Destacar la presencia de una jovencísima Susan Sarandon como novia del periodista Hildy Johnson que le da bien la réplica.
A Walter Matthau le van como anillo al dedo estos papeles de manipulador verborreico cono el de En bandeja de plata.
Jack Lemmon sabe llenar de humanidad sus personajes.
Estos dos actores eran grandes amigos y compartieron solo tres películas con Wilder (ésta, En bandeja de plata y Aquí un amigo).
Se cuenta que se conocieron en 1960 en un restaurante. Walter Matthau comía un bocadillo. Jack Lemmon entró en el local y pidió gambas fritas con chocolate helado a lo que el primero le reprochó: “¿Cómo puede pedir una cosa así en un restaurante judío?“. Jack Lemmon sólo contestó: “¡Hola!” Pero fue suficiente para que se hicieran inseparables.
Carol Burnett interpreta un papel muy agradecido, su final es especialmente trágico. Su actuación me parece excepcional.
Una gran película ideal para desternillarse de risa.
Muchos besos y muchas gracias.
También puedes ver mis críticas en El Heraldo del Henares.
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