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Ficha:
80 minutos.
Ciencia ficción. Fantástico. Terror | Vida rural (Norteamérica). Extraterrestres. Serie B. Película de culto
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Comentario de Ramón:
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En el Taller de Cine de Azuqueca tenemos la suerte de disfrutar de una sesión doble. Gracias a Susana y Jose.
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La primera peli es de 1956. La he visto un montón de veces. La escena en la que el Dr. Miles se sube desesperado al camión lleno de vainas, lo cual aumenta su terror, no deja de impresionarme y fascinarme. Una de las escenas icónicas del cine de terror.
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La peli tiene una estructura de thriller clásico, con el narrador en voz en off, un maravilloso en blanco y negro, incluso su mujer (al final) fatal. Puro cine negro.
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Pero lo que hace de esta peli especial y de culto es que, siendo cine negro, lo es también de terror con extraterrestres, pero además es un retrato de la vida rural norteamericana.
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Esta mezcla de géneros la hace única.
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Las escenas más inquietantes son en las que algunos personajes secundarios se encuentran trastornados al no reconocer a sus seres queridos.
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Ese niño huyendo de su madre es muy inquietante.
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Lo curioso del asunto es que cuando las vainas toman la vida y la personalidad de sus víctimas se crea una relación de cooperación entre ellas que es envidiable, forman una verdadera comunidad.
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Fuera de toda duda que es una cuento sobre la amenaza comunista. La invasión ideológica es el centro de la esencia de la peli.
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En otras pelis de la Guerra Fría vemos hormigas gigantes o monstruos que no dejan de simbolizar la amenaza nuclear.
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Aquí es la invasión ideológica de una sociedad más cooperativa, igualitaria incluso, pero ausente de sentimientos y de humanidad.
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Don Siegel hace parodia del miedo irracional de la sociedad americana basada en la libre opinión, el consumo y la diferencia de clases.
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Ridiculiza este miedo mostrando que la invasión de la ideología soviética es el robo de las personalidades, creando monstruos de apariencia humana a partir de vainas todas iguales, borrando y anulando la diversidad personal y social.
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Por cierto, Dana Wynter me parece bellísima.
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Ahora que está de moda llamar a los médicos héroes, el protagonista de esta historia es un médico rural que curiosamente se volvería loco si se mantiene despierto para no ser sustituido por una vaina. La elección está entre la locura capitalista o la homogeneidad comunista.
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Invito a Elena, Víctor y Alberto a que contribuyan con sus siempre brillantes comentarios en este humilde blog. Por supuesto invito a los críticos que todos lleváis dentro a escribir.
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Mi puntuación: 8,69/10.
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Dirigido por Don Siegel:
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Muchos besos y muchas gracias.
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Chistes y críticas en holasoyramon.com
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
En Vimeo: vimeo.com/holasoyramon
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Un truco para encontrar la crítica de una peli rápidamente:
Pon en Google “hola soy ramon” y el título de la peli.
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Las invasiones bárbaras
El terror en esta película no viene tanto del hecho de ser invadidos por unos seres extraterrestres monstruosos y deformes-¿Quién teme a unas vainas manipuladas genéticamente?- sino que nos viene dado por la forma en la que se produce esa invasión: la “réplica” de todos y cada uno de los seres humanos, que terminan por ser sustituidos por un doble al que sus seres queridos no reconocen, porque ha perdido su alma.
La afectividad humana es propia del capitalismo; ya se sabe…
Los extraterrestres “vacían” a los individuos y los acaban “alienando”. Es más -con verdadero pavor lo confiesa un personaje- acaban haciendo a todos “iguales”.
Moraleja: el ideal “perverso” de igualdad es un “mal” inoculado por seres de otro mundo -se veía venir- . y esto es lo más terrible; que pueden ser nuestros padres o nuestros hijos-aún no se conocían los efectos de la pantalla de los móviles- los portadores de la semilla alienante. Deducción: mantengámonos alerta, porque cualquiera que hable de igualdad puede formar parte del invasor.
La metáfora es simple y dará lugar a muchos fantásticos guiones: el protagonista, conocedor de la verdad, en este caso el médico, se las verá y deseará para ser “creído” por los otros, que le tildarán de loco, hasta que la pruebas finales acaben por darle la razón. Primero deberá luchar “Solo ante el peligro” frente a la amenaza que incluso se ha llevado por delante el amor de su chica que, la verdad sea dicha, “vaciada” parece más atractiva.
Las grandes amenazas del mundo civilizado, léase Estados Unidos, en los años cincuenta son los comunistas y el peligro de un conflicto nuclear que traiga como consecuencia el ser arrasados por una bomba atómica o devastados por la radiación. Estas amenazas estarán bien patentes en el cine de la época. Ambos peligros llegarán del cielo o de la propaganda subliminal y por supuesto…!del mismo cine!. Y si no que se lo digan al macartismo.
Por cierto…cuidado con los científicos.
Los estereotipos de científicos a destacar frente a “las amenazas exteriores” suelen variar entre los que intentan proteger a los alienígenas para su ulterior estudio –la curiosidad es un vicio peligroso, dirán algunos- y los que averiguan formas para su destrucción y terminan salvando a la humanidad, privándonos posiblemente de conocer una vida más inteligente que la nuestra, lo cual no debe ser tan difícil de hallar en el universo si se busca bien.
También se harán muchas películas en las que la verdadera amenaza serán estos mismos científicos que, en el proceso de investigación y manipulación de elementos atómicos, cometerán negligencias fatales. Por no hablar de los muchos superhéroes que reciben sus poderes a causa de un accidente radiactivo…!No todo ha de ser malformaciones y animales que quintuplican su tamaño natural!.
En cualquier caso, una década fascinante para la ciencia ficción de la que aún recogemos sus frutos y que a veces nos hace echar de menos los originales cinematográficos, y no tanto los productos “vaciados” actuales. Pero esa es otra “vaina”.