.
.
Le debía al Hospital Provincial dedicarle un post.
.
Cuando iniciaba primero de Medicina, Manolo Royo, un amigo de mi padre, me propuso ir al Hospital Provincial a aprender.
.
Manolo era un enfermero, entonces decíamos ATS, experimentado y pluriempleado. (Ver Jeringas de cristal – Historietas basadas en hechos reales, según mis recuerdos)
.
Por las mañanas trabajaba en el Servicio de Urología.
.
Él me enseñó a colocar sondas uretrales y gástricas. A poner goteros e inyecciones intravenosas e intramusculares.
.
Era costumbre que cuando en cualquier servicio precisaban poner una sonda nos avisaran. En pocos días recorría el hospital y colocaba las sondas vesicales con maestría. No había uretra que se resistiera. Lo hacía de manera aséptica y eficaz.
.
Manolo daba una explicación y realizaba la técnica, pero la siguiente vez te dejaba hacer y ya, desde entonces, era cuestión mía.
.
El Provincial atendía a pacientes de “beneficiencia“. En aquellos tiempos no había sanidad universal y había personas que no tenían seguridad social.
.
La mayoría eran indigentes que acudían al Hospital y eran atendidos de manera gratuita.
.
También acudían pacientes que pertenecían a la Diputación Provincial.
.
.
Era un hospital muy antiguo, casi ruinoso, pero con un gran volumen de trabajo y con magníficos profesionales.
.
Mi admiración por Manolo era máxima.
.
Otro enfermero, , me invitó a ir a urgencias para “aprender a dar puntos“.
.
Durante unas pocas noches aprendí a suturar. Algún día salía emocionado de la guardia. Contaba los puntos que había dado. Me iba contento a la planta de Urología pensando que había puesto 30 ó 40 puntos.
.
El jefe de Servicio era el Dr. García Miralles, que había ocupado la plaza al mismo tiempo que yo en ese verano de 1976.
.
Una persona admirable, muy educada, cordial y muy elegante en los modos. Me trataba con mucho cariño.
.
Antes que comenzara la consulta, hacía la historia clínica a los pacientes nuevos. Aprendí rápidamente términos como disuria, estranguria, piuria, poliuria, nicturia, tenesmo vesical…
.
Manolo siempre me metía prisa. Me decía que iba muy lento, que tenía que estar preparado para la seguridad Social.
.
Disfrutaba mucho en el quirófano. Recuerdo perfectamente la primera intervención en la que ayudé, era una simple circuncisión.
.
No sé si el calor, o la sangre, el caso es que me mareé. Aún me puse peor de la vergüenza.
.
Manolo se reía de mí y me llamaba “flojo“.
.
A partir de entonces siempre que me lavaba me decía: “no te irás a marear“, mientras soltaba una risotada.
.
Llegó un momento, que bajo supervisión, era el que realizaba las circuncisiones. Ahora no me atrevería.
.
Ese verano fue el primero de muchos otros, hasta terminar la carrera.
.
Durante el curso acudía ocasionalmente, cuando me lo permitían las clases y las prácticas en el Clínico.
.
Siempre era recibido con cordialidad por todos. Yo me encontraba como en casa.
.
Mi horario en los veranos era muy ajustado. Antes de las ocho y media estaba en el Provincial.
A la una entraba a trabajar de camarero en el Parque Sindical, hasta las 9 de la noche.
Era raro el día que no salía al cine o con amigos, a veces, hasta la madrugada.
Pero con 18 años se puede todo y aguantaba bien ese ritmo.
.
Las noches que me quedaba a la guardia, dormía a ratos en algún sillón desvencijado.
.
A Rayos me llamaban para poner los contrastes yodados para las urografías. Me daba bastante miedo, porque había muchos pacientes alérgicos.
Manolo me enseñó que siempre llevara dos ampollas de Urbason y otro par de adrenalina en el bolsillo de la bata, por si acaso.
Si había la más mínima duda, usarlas sin miedo.
.
.
Otros personajes que no puedo dejar de mencionar son Sor Ángela, el Dr. Herrera y la enfermera María Jesús.
.
Sor Ángela era la monja de la planta, siempre atenta a que no faltara de nada. Era altísima y muy fuerte, pero muy dulce al hablar y siempre con expresiones graciosas.
Cuando la veía de lejos la gritaba “monja!!!!!!!!!”, en tono claramente gamberro.
Ella se partía de risa.
Nunca la vi enfadada.
.
Empecé a utilizar una frase, que luego cuando estuve de médico de prisiones usé con Sor Ángeles: “eres tan buena que no pareces ni monja“.
.
El Dr. Herrera era peruano y había estudiado y hecho la especialidad en España.
Atento y cordial, muy tímido.
Tenía unas manos grandísimas y unos dedos muy voluminosos.
Temía cuando hacía tactos rectales. En ocasiones me ofrecía a realizarlos para evitar sufrimientos a los pacientes, pero eso no evitaba que él los hiciera también.
.
Siempre iba muy arreglado con su corbata y su americana, y con unos cortes de pelo impecables.
.
.
La enfermera María Jesús atendía la planta de urología y la de Derma. Muchas veces me invitaba a visitar a enfermos de Derma, cuando ella consideraba que presentaban patologías interesantes.
.
Por ello aprendí a diagnosticar sarnas y pitiriasis rosadas. Recuerdo especialmente a una paciente con sífilis congénita.
.
Pocos años después de terminar la carrera cuando estaba de médico en Alustante les visité. El Provincial estaba sumergido en un proceso de reformas y aquello tenía un aspecto muy mejorado.
.
El incidente más llamativo en esos años fue el incendio del hotel Corona de Aragón, pero eso lo reservo para otro post.
.
Muchas gracias a todos que fuisteis mis grandes maestros. Máxima emoción al recordaros.
.
.
.
Muchos besos y muchas gracias.
.
Chistes y críticas en holasoyramon.com
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
Canal de YouTube: HolaSoyRamónVídeos
En Vimeo: vimeo.com/holasoyramon
.
Todos los post ordenados alfabéticamente. Para buscar una crítica de una peli de forma sencilla…
Un truco para encontrar la crítica de una peli rápidamente:
Pon en Gloogle “hola soy ramon” y el título de la peli.
Para poner un comentario:
Hay 3 casillas.
En la superior va tu nombre.
En la segunda, la del medio, pon una dirección de correo electrónico.
La tercera, la de abajo de las tres, puedes dejarla en blanco o poner tu web.
.